El puterío en la Historia

cHaT rElAciOnEs

sábado, 7 de junio de 2008

Cuatro - La comunicación

Yo siempre encuentro sorprendente que alguien pueda hablar sobre nada delante de un montón de gente. Joder. "El pedo" y ¡hala!, siempre hay algún espabilao que se le ocurren un montón de cosas que contar y decir y explicar y exponer sobre el pedo o cualquier otro gas ruidoso. Cosas inteligentes que transmitir a la peña para que se les mueva el cerebro y piensen y, si hay suerte, incluso muten. A mí me dicen que hable durante una hora sobre la ansiedad, la depresión y la sexualidad y les digo: "y yo qué sé, tíos. Dejadme en paz. No hay nada que decir sobre esas chorradas. Esas chorradas no existen y si existen no son explicables. Se sienten o no se sienten, se padecen o no se padecen, pero no se cuentan. Estáis zumbadísimos, de verdad que sí. Dais miedo. Sois una horda de locos. Deberían encerraos y tirar la llave al río. No me extraña que la capa de ozono esté desapareciendo. Exhaláis nocividad por vuestros pelos, nocividad surgida de vuestras purulentas neuronas que están quemando nuestra única defensa. Atacáis con vuestras guerreras preguntas a vosotros mismos y arrasáis con todo lo que pilláis por delante. A mí. Como sigáis así no va a haber lugar donde esconderse. Sois langostas. Bichos de la autodestrucción." No sé, algo así les diría. No tengo labia. No me extraña que no tenga periquita. Para tener periquita es importante tener labia. Tener muchas cosas que decir. Da igual que esas cosas sean idiotas mientras tengas muchas cosas que decir y nunca le des tiempo a esa persona para que piense en el personaje que tiene delante moviendo la boca. La labia hipnotiza y entonces tienes a esa persona a tu merced, aunque sólo estés diciendo gilipolleces sin sentido que no conducen a nada, salvo a la conquista. Si tienes labia eres un conquistador. Hitler tenía labia. Napoleón tenía labia. Y así les fue. Triunfaron. Pasaron a la historia. Dejaron huella. ¿Por qué? Porque comunicaron. Se les escuchó. Aún hoy resuenan sus palabras. Y ni que pasen miles de miles de años serán olvidados. Unos les odiarán: gente mala, gente envidiosa, sin duda. Imitadores que desearían estar a su altura pero no les llegan ni a la suela de sus salivas. Estos son los más tontos. Son gente horrible. Gente capaz de hablarte durante una hora de la ansiedad, de la depresión y de la sexualidad... ¿Se te acaba ya el contrato? ¿Por eso vienes? ¿Te has movido para encontrar nuevo trabajo? ¿Cómo lo llevas? Le dices que tienes que arreglar un tema de papeleo para convalidar lo que sea para poder trabajar en Londonpollas y ya está. O le dices que tienes una cita con tu amigo preferido y punto. Nos veremos antes del día 13, ¿no? El día 13 es viernes y si llegas el lunes son muchos días desperdiciados. Si está Aliki podremos quedar 2 ó 3 horas nada más. Tocarnos el pechito y las manitas un rato, comernos unas bravas y despedirnos con un beso y un apretón de nalgas. Entre medio podemos hablar de la ansiedad, de la depresión y de la sexualidad un rato, pero nunca nunca una hora... Sería de locos...

No hay comentarios: