El puterío en la Historia

cHaT rElAciOnEs

jueves, 26 de junio de 2008

El monte Cinco

Pues me parece una contestación de puta madre. De 10, vamos. En las entrevistas siempre preguntan chorradas. Es que todo en sí es una chorrada. Yo creo que has respondido excelentemente. Es que no hay más, más certero. Bárbaro. Plas plas plas. Felicidades. ¿Me dejarás rasurarte el monte? El de Venus, se sobreentiende. Lo hago de puta madre. Yo ahora me rasuro el mío (a niveles de tío, no al cero) y me queda súper guapo. Ya te lo enseñaré. Se me pasó el otro día con la alegría de verte. ¿Me dejarás probar con el tuyo a ver si tengo tanta maña? Creo que ahora hay peluquerías para ponerte el monte tope fashion. Igual ése es mi destino y por eso soy tan infeliz. Equivoqué el camino. Cogí el sendero que lleva a la llanura cuando debía haber cogido el atajo que conduce al monte. Bueno, ya dirás si está disponible. Tu monte. Y claro que quiero ir. Estoy deseándolo. Si cambio de opinión ya te lo diré pero ahora mismo me iría mañana mismo a Toledo o a Menorca o a la Putamierda contigo pero creo que en septiembre se estará más tranquilo que no en agosto con toda esa marabunta de gente. Sólo eso. SIIIII quiero ir. Por supuesto. Y mirar por el ojo de la cerradura del baño cuando te estés duchando para verte los pelillos del monte de Venus y entrar por sorpresa con mi cortapelos alegre cual Jason en Viernes 13 entraba con el hacha o Cara de cuero con la motosierra en La matanza de Texas o el amigo Freddy con sus afiladas cuchillas del color de la luna. Buena gente toda ésta. Claro que igual eres tú la que no quiere ir para ahorrarse unos euros e invertirlos en empresas más complacientes. Si es así: dilo, no te preocupes, yo lo entiendo, no lo hagas porque me dijiste que sí y ahora te sabe mal decir que no... ya sabes que conmigo es diferente, puedes decirme lo que quieras... ... La semana del 14 de septiembre... ... ... . Este fin de semana estuve cenando con Belén en el restaurante donde fuimos tú y yo a comer esta última vez que viniste. Donde me diste el regalo. Allí enfrente de la Playa. No sé cómo se llama esa mierda de plaza. Te recordé. Contigo estoy más a gusto. Extrañamente encontré sitio en la puerta misma para aparcar. Luego fuimos por las calles que hay detrás donde se desparraman un montón de garitos, no lo sabía, y nos tomamos unos cócteles a la luz de las velas en uno de ellos. Yo me tomé una caipirinha porque no supe reaccionar para decir que no y dentro de la asquerosidad aún se podía tragar pero lo cogí con tanto pre-asco que en los primeros sorbos creí que iba a vomitar, pero bueno, para salir un poco de la cerveza y hacerme un hombre de mundo no estuvo mal la prueba iniciática. A ella no le dije nada del asco. La verdad es que estaba deseando marcharme pero estuvimos allí un par de horas, hablando y tocándonos los sexos. Luego la llevé a su casa, hicimos un menais a trois porque se unió la boliviana esa que tiene de inquilina en su casa y no supe decir que no tampoco. No sé imponer mi criterio, joder. Menudo pringao. Tenías que haber visto sus montes. Al acabar, me limpié el pito, me vestí y me vine para casa. Exhausto y bastante triste. Por lo que esta semana no fui a La Loquera. No tenía fuerzas ni ganas ni mierdas. Llamé y dije que no iba, y punto, a ver si consigo que me metan con las tías. Muchas tías. Sólo tías y yo. Si son amorosas y están buenas, mucho mejor. Con hermosos y bucólicos montes. Terrenos de paz que marquen el camino para follar a destajo. Orgías fóbicas. Bacanales de ansiedad. Striptease agorafóbicos. TOCsicómanos del saturnal ... Ya lo estoy viendo. El Burdel de la Ansiedad. Anxiety's Club: Entre fóbico y salga pendón. Va a ser el despipote. Haremos las reuniones en pelotas. Sodoma y Gomorra serán un parque infantil al lado de lo que va a ser la Association of Locos and Locas. A ese amigo de Belén mándale un correo sencillito: "Hola, Alberto, qué tal, estoy en Londonpollas de nuevo. Soy la conocida de Belén. Me dijo Emilio que le dijo Belén que te hablaría de mí. ¿Qué te cuentas?" y poco más, si no nada. Y deja que él te conteste a ver qué pasa. Y no te comas la olla más de lo necesario. Todo es forzado la primera vez así que no te preocupes por la reacción de El Alberto. Además, yo tampoco lo conozco, no sabemos cómo es. Igual no existe o igual es tonto, así que no reacciones negativamente ante su contestación e hipotéticas quedadas. Tú no tienes ningún problema. Besos. Cuidate. Creo que voy a poner un anuncio por la Red buscando tías que se dejen rasurar el monte. A ver si encuentro mi esencia.

sábado, 7 de junio de 2008

Cuatro - La comunicación

Yo siempre encuentro sorprendente que alguien pueda hablar sobre nada delante de un montón de gente. Joder. "El pedo" y ¡hala!, siempre hay algún espabilao que se le ocurren un montón de cosas que contar y decir y explicar y exponer sobre el pedo o cualquier otro gas ruidoso. Cosas inteligentes que transmitir a la peña para que se les mueva el cerebro y piensen y, si hay suerte, incluso muten. A mí me dicen que hable durante una hora sobre la ansiedad, la depresión y la sexualidad y les digo: "y yo qué sé, tíos. Dejadme en paz. No hay nada que decir sobre esas chorradas. Esas chorradas no existen y si existen no son explicables. Se sienten o no se sienten, se padecen o no se padecen, pero no se cuentan. Estáis zumbadísimos, de verdad que sí. Dais miedo. Sois una horda de locos. Deberían encerraos y tirar la llave al río. No me extraña que la capa de ozono esté desapareciendo. Exhaláis nocividad por vuestros pelos, nocividad surgida de vuestras purulentas neuronas que están quemando nuestra única defensa. Atacáis con vuestras guerreras preguntas a vosotros mismos y arrasáis con todo lo que pilláis por delante. A mí. Como sigáis así no va a haber lugar donde esconderse. Sois langostas. Bichos de la autodestrucción." No sé, algo así les diría. No tengo labia. No me extraña que no tenga periquita. Para tener periquita es importante tener labia. Tener muchas cosas que decir. Da igual que esas cosas sean idiotas mientras tengas muchas cosas que decir y nunca le des tiempo a esa persona para que piense en el personaje que tiene delante moviendo la boca. La labia hipnotiza y entonces tienes a esa persona a tu merced, aunque sólo estés diciendo gilipolleces sin sentido que no conducen a nada, salvo a la conquista. Si tienes labia eres un conquistador. Hitler tenía labia. Napoleón tenía labia. Y así les fue. Triunfaron. Pasaron a la historia. Dejaron huella. ¿Por qué? Porque comunicaron. Se les escuchó. Aún hoy resuenan sus palabras. Y ni que pasen miles de miles de años serán olvidados. Unos les odiarán: gente mala, gente envidiosa, sin duda. Imitadores que desearían estar a su altura pero no les llegan ni a la suela de sus salivas. Estos son los más tontos. Son gente horrible. Gente capaz de hablarte durante una hora de la ansiedad, de la depresión y de la sexualidad... ¿Se te acaba ya el contrato? ¿Por eso vienes? ¿Te has movido para encontrar nuevo trabajo? ¿Cómo lo llevas? Le dices que tienes que arreglar un tema de papeleo para convalidar lo que sea para poder trabajar en Londonpollas y ya está. O le dices que tienes una cita con tu amigo preferido y punto. Nos veremos antes del día 13, ¿no? El día 13 es viernes y si llegas el lunes son muchos días desperdiciados. Si está Aliki podremos quedar 2 ó 3 horas nada más. Tocarnos el pechito y las manitas un rato, comernos unas bravas y despedirnos con un beso y un apretón de nalgas. Entre medio podemos hablar de la ansiedad, de la depresión y de la sexualidad un rato, pero nunca nunca una hora... Sería de locos...